Un estudio revela los factores que desaniman a las científicas

El informe analiza los factores que influyen en el éxito de las candidatas en dos programas de becas de la OEMB: el programa de becas de larga duración (LTF), orientado a la investigación posdoctoral, y el programa de jóvenes investigadores, dirigido a los científicos que hayan establecido recientemente sus primeros laboratorios independientes.

Las estadísticas apuntan a que el éxito de las mujeres se sitúa un 20% por debajo del de los hombres, y esto a pesar del compromiso claro de la OEMB con la igualdad entre sexos y de que la organización recibe un número más o menos igual de candidaturas masculinas y femeninas.

La OEMB, para averiguar si el resultado se debía a un prejuicio de género inconsciente, eliminó, en dos rondas de solicitudes en 2006, la referencia al sexo de la persona en las candidaturas, cartas de recomendación e informes de entrevistas sometidos a la comisión seleccionadora. Con todo, la diferencia en la tasa de éxito se mantuvo igual.

Los investigadores pasaron a analizar detenidamente las publicaciones de los candidatos, demostrándose que, en promedio, las mujeres tenían menos actividad de publicación y la brecha se hacía más grande conforme transcurría la carrera. Éste pudo ser el origen del prejuicio a favor de los candidatos masculinos en la comisión seleccionadora.

Los científicos realizaron encuestas a los candidatos en los programas de la OEMB para saber por qué las mujeres presentaban un volumen de publicaciones inferior. Se descubrió que las mujeres tenían más probabilidades que los hombres de trasladarse por motivos laborales de sus cónyuges, algo que respondía en parte a la pregunta formulada. En estas condiciones, es difícil que estas mujeres den con laboratorios compatibles con sus conocimientos y expectativas. «La razón de que su producción de publicaciones sea inferior se encuentra en la incorporación a un entorno no óptimo», notan los investigadores.

Las menores perspectivas de carrera profesional de las mujeres tienen el agravante de que éstas asumen el grueso de las responsabilidades familiares, con lo que aumenta el número de interrupciones de carrera por motivos de permiso parental y disminuye la cantidad de horas trabajadas.

«Estamos convencidos de que nuestros datos explican en buena parte por qué las mujeres publican menos artículos que los hombres y por qué tienen trayectorias profesionales más lentas. Uno: las mujeres suelen disponer de menos tiempo laboral. Y dos: tienen más obligaciones fuera del laboratorio», afirman los autores del estudio.

Ahora bien, el informe indica que la realidad abarca más que los papeles de género tradicionales. De hecho, las encuestas revelaron que tenían mentor el 49% de los candidatos masculinos frente al 32% de las candidatas para el Programa de jóvenes investigadores. «De ahí que las mujeres, a nivel de líderes de equipo, se pierdan los beneficios -apoyo y establecimiento de redes- de trabajar con un mentor», reza el artículo. No solo eso, sino que muchas mujeres, al tener hijos, señalan pérdida de apoyo de los supervisores.

Estos factores laborales se suman a los papeles tradicionales de género en casa para crear una «mezcla explosiva de la que deriva el menor éxito de las mujeres a lo largo de sus carreras».

Los autores del estudio piden a los empleadores, los responsables políticos, la comunidad científica y la sociedad en general que «consideren si podemos permitirnos el lujo de renunciar a este importante colectivo de especialistas cualificados».

«Debemos velar por que a los hombres y las mujeres que quieran tener una vida familiar no se les niegue la posibilidad de trabajar y contribuir a la sociedad por todos los medios posibles», concluye el informe. «Esto sólo se puede conseguir transformando el criterio que tienen la sociedad y los ciudadanos de los papeles de hombres y mujeres, y tomando las medidas necesarias para mejorar las condiciones de trabajo y el apoyo a las mujeres y los hombres a lo largo de sus trayectorias profesionales».